El personal es acogedor y educado, la ubicación es estupenda. Habitaciones con vistas.

Un desayuno muy bueno con hermosas vistas, empleados amables. La ubicación del lugar era aislada. Encontré tiempo para ver la Ermita Sant Honorat, que está a poca distancia de la propiedad.

Lo mejor era el balcón y el minibar, y la posición del hotel, estupenda.

La ubicación del hotel es ideal. El entorno es tranquilo en un pueblo muy pequeño y muy mallorquín. El poder subir a la montaña de Cura con sus vistas de toda la isla de Mallorca es un gran regalo. Me encantó disfrutar de la paz del lugar y las vistas desde el hotel.

Habitaciones muy limpias y bonitas, con una chimenea, y la ubicación es estupenda.

Habitaciones muy limpias y una chimenea y un minibar incluidos.

Una ubicación maravillosa y fantástica, a solo 5 minutos andando del Santuario de Cura. Zona preciosa con bares y restaurantes justo al lado del hotel.

La ubicación era excelente, el personal muy amigable. Una buena cantidad de alimentos muy ricos en las comidas.

Ubicación tranquila y hermosa

Piscina climatizada y sauna poco concurridas. Personal amable y atento.- Buen restaurante con opciones locales

No hay nada que no me haya gustado.

El enclave. La tranquilidad. La posibilidad de llevar a mis mascotas, que estuvieron muy a gusto y no dieron ninguna molestia a los demás clientes ni al personal. Fue estupendo que nos dieran la habitacion 33, que tiene una terraza muy cómoda para ellos, y que no tiene paso de gente por delante, da a una calle sin salida, de esta manera, les evitas motivos de excitación y así ni ladran, ni saltan, ni estorban a nadie. Muy bonita la decoración del hotel y de las habitaciones. El spa, excelente.

Me hubiera gustado tomar un masaje, pero la masajista tiene un horario limitado y no pude conseguir cita de un día para otro.

Me a gustado todo,las instalaciones,el personal muy amable y sobre todo la ubicacion del sitio, muy relajante y tranquilo excelente todo

Fuimos un grupo de amigos y aprovechamos al máximo nuestras vacaciones. El hotel nos organizó un montón de actividades súper chulas, como barbacoas, excursiones y hasta paseos en barco. Además, había un club de baile y una discoteca, así que la diversión nunca se acababa. Y para los amantes de la naturaleza, también había rutas de senderismo y ciclismo de montaña. ¡Una pasada!

Lo único que podríamos pedir es que hubiera más opciones de fiesta para los jóvenes como nosotros. Aunque teníamos el club de baile y la discoteca en el hotel, nos hubiera encantado que hubiera más alternativas para disfrutar de la noche.

Para empezar, el entorno es precioso. Destacaría la tranquilidad del lugar, el silencio reinante en el hotel y en los alrededores y la paz que transmite. Ideal para descansar y alejarse de todo. El pueblo en el que se ubica, Randa, es pequeño y sin muchos servicios, así que hay que tener claro que se busca precisamente eso: la sencillez y la tranquilidad. Por supuesto, si se dispone de vehículo propio, las excursiones por los alrededores son innumerables y las playas de ensueño no están lejos. El hotel es muy bonito, de interior y con encanto. Las vistas son despejadas y la piscina es un 10, con vistas al valle y a los pueblos cercanos. La habitación era la 12, en principio era de tipo económica pero resultó enorme y con vistas a la montaña, terracita, etc.

Pagamos 100 euros por una habitación sin desayuno, lo cuál, fuera de contexto, es caro pero, pensando que es agosto y que la reserva fue de último minuto, es razonable. Y luego, desde luego, no te arrepientes. El restaurante es muy bueno pero bastante caro. Las instalaciones son algo laberínticas (para llegar a nuestra habitación teníamos que atravesar por en medio del restaurante).

Un alojamiento maravilloso con una ubicación bonita super cerca de varios lugares, como el mar Mediterráneo y un restaurante. Una habitación enorme con una terraza y un minibar. Diseño moderno. Personal excelente y extremadamente amable con buenos modales. Una atención al cliente atenta.

Si buscas un lugar para desconectar y disfrutar del entorno, este hotel es perfecto. Está ubicado en una colina, lo que te brinda unas vistas impresionantes de la zona. Además, se encuentra cerca de la costa, por lo que puedes acceder fácilmente a la playa más cercana. Las habitaciones son cómodas y limpias, con baños bien equipados. El servicio es excelente y el desayuno a la carta ofrece opciones deliciosas.

El único inconveniente es que el restaurante no siempre está abierto, lo cual puede ser frustrante.